martes, 17 de abril de 2012

Be a leader

Hace algunas semanas leí en el Blog de Andret un post curioso sobre liderazgo, sobre los mecanismos que generan un líder y cómo se crea un movimiento alrededor de él. Extrapolado a otras situaciones de la vida resulta bastante revelador, aunque adoptarlo en el día a día de cada uno no es tan inmediato.

Sin embargo este domingo recibí una lección de liderazgo menos evidente pero no por ello menos importante. Domingo previo a una cita grande, el Maratón de Madrid, de modo que los manuales aconsejaban rodar 16-18Km relajados.

Al poco de comenzar, cinco unidades del grupo inicial de unos treinta nos desviamos por otro camino para realizar un recorrido un poco más largo. Comenzamos a estabilizarnos en torno a 5 min/Km, charlando sobre objetivos y estrategias para el día D. De los integrantes del quinteto yo acumulaba los entrenamientos recientes más rápidos y el objetivo más ambicioso. Así que con el paso de los kilómetros me encontré en cabeza marcando el ritmo del grupo.

Acabando el entrenamiento el Sensei me dió una lección que me dejó pesaroso. No recuerdo sus palabras con exactitud, pero vinieron a decir algo así: "Tienes que aprender a ser el líder de un grupo. Ser el líder no es solo marcar el ritmo que tú creas que debes marcar; es escuchar la respiración de la gente que llevas, saber cómo va cada uno y anticiparte a sus reacciones. Si vas a marcarles, debes ser consciente de que en una subida no les tienes que marcar el mismo ritmo si es un domingo cualquiera o si es el previo a una maratón. Psicológicamente les refuerzas de cara a la carrera si les das un respiro de unos pocos segundos por kilómetro en una subida, porque la acaban fuertes. Ser el líder de un grupo no es solo estar más fuerte e imponer tu ritmo".



Una vez más el Sensei tenía razón... ¡¡Cuántas veces no ha hecho eso él conmigo!! Cuando hablábamos del ácido láctico, variaba el recorrido sobre la marcha para introducir un circuito a ritmo alto y emular una situación donde el cuerpo no recicla el lactato suficientemente rápido. Cuando preparábamos el último maratón de Otoño se dejó ganar en algún sprint para que cogiera moral. O al contrario, en alguna llegada me apretó mucho más de lo previsto para que diera el 110% de lo que llevaba... y siempre en el momento justo.

Ese modelo de líder, que no alardea de sus grandes cualidades, que se preocupa de que el grupo mejore su rendimiento y que es capaz de compatibilizar todo para que él mismo siga progresando es mi ideal perfecto. Quizá hoy en día está de moda otro tipo de liderazgo, más espectacular, más explsivo, más mediático, más visual, más individual... donde la gomina y las abdominales tienen que mostrarse a cada momento... sin embargo yo sigo prefiriendo de largo el modelo que encarna el Sensei.

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