Ricardo Abad

Uno de los aspectos que encuentro más atractivo del running de larga distancia es la posibilidad que ofrece de conocer personas hechas de otra pasta, que demuestran valores encomiables y amplían la visión sobre las cualidades potenciales del ser humano. Ricardo Abad es una de esas personas, que no duda en poner su pasión por correr al servicio de los más desfavorecidos, retando cada día los límites de su capacidad con fines benéficos y altruístas.

Actualmente se encuentra inmerso en su reto más ambicioso hasta la fecha: correr 500 maratones en 500 días consecutivos. Tuve noticias de tamaña empresa allá por su maratón cuarenta y pico, y desde entonces sigo casi a diario su blog, donde detalla el recorrido de cada día, tiempos, ritmos, pulsaciones, sensaciones, anécdotas... Cualquier persona puede apadrinar con 1 € cada kilómetro del reto, y todos los fondos recaudados van destinados a ANFAS, una asociación de ayuda a personas con discapacidad. Y además no se cansa de colaborar con colegios para acercar los valores del deporte a los niños, crearles el gusanillo del atletismo, etc...

Antes de criticar esta iniciativa (sí, de todo hay), merecería la pena detenerse a pensar en que él es plenamente consciente de los posibles problemas de salud que quizá pueda llegar a tener a futuro, y a pesar de ello, sigue adelante con su proyecto solidario. Hay que conocerle y charlar durante cuatro horas corriendo por los montes de Tafalla para ver qué clase de persona es; dudo que alguien lo criticara conociéndole de ese modo, escuchándole y sintiendo la pasta de la que está hecho.

Desde el día en que tuve conocimiento del reto tuve claro que me gustaría colaborar con él, y no solo mediante alguna aportación económica. Así que fui a Tafalla para acompañarle durante un maratón en una semana durilla por el frío y por la soledad.

Os dejo un enlace a la pequeña crónica del maratón que corrimos el 12 de Enero de 2012: http://www.ricardoabad.com/2012/01/dia-469-david-barral.html

Más rápido, más rápido!!!

Tengo una costumbre que está empezando a cambiar desde que escribo el blog. Antes, después de cada carrera, me gustaba escribir una pequeña crónica en la parte trasera del dorsal, donde detallaba los tiempos, los ritmos, las anécdotas, con quién la había corrido... cualquier cosa que fuera relevante para que dentro de muchos años, cuando lo vuelva a leer, pueda recordar todo lo que fue sustancial en esa carrera.

En la primera carrera que corrí por debajo de 5:00 min/Km (4:56 creo que fue) escribí algo así como "un reto más conseguido, la pena es que ya nunca más voy a ser capaz de cambiar ese primer dígito, ya siempre voy a correr a 4:XX min/Km)". Bueno, pues en aquella época no tenía ni idea de que eso no se iba a cumplir, ya que en 2011, precisamente el último día del año, corrí mi primer 10K por debajo de 40 mintuos en la San Silvestre de Getafe (39:33), mejor marca personal con más de 2 minutos de mejora.

Tuvo todos los ingredientes para resultar un desastre: me llevó 20 minutos aparcar, llegué tarde a por el chip y el dorsal, cambiándome se me atascó la cremallera del cortavientos y perdí como 7-8 minutos para quitármelo, tuve que ir corriendo hasta la salida a 3:4ypico min/Km porque aquello empezaba y yo aún andaba por el coche... Pero bueno, al final fue una carrera muy controlada, en todo momento tuve un cambio de ritmo en las piernas y acabé con la sensación haber podido hacer mejor marca.

Quizá por ello al domingo siguiente fui al Trofeo Paris, donde además llevaba dos liebres de excepción (Juanki y Pedro) con el objetivo de bajar de 39. Me había sentido tan bien en Getafe que yo casi daba por hecho que lo tenía conseguido... pero en el Km 2 ya ví que no iba nada bien, no sentía esa fuerza de Getafe y el paso por el 5 confirmó que ni siquiera iba a mejorar esos 39:33. En el 6 comencé a sufrir anormalmente y llegó un momento que solo seguía por no descolgarme de mis compañeros. Hacia el final de la prueba me dio un pinchazo en el pecho y me paré medio mareado, así que carrera fallida... Acabé medio andando en 43 y pico.

Una vez más se confirma que cada carrera es diferente, y que la sorpresa puede saltar cuando menos te lo esperas.

En fin, antes de empezar con la preparación para el Maratón de Madrid aún quiero correr algún diez mil más a ver si consigo bajar de 39... y luego volveremos a los rodajes largos.