miércoles, 30 de noviembre de 2011

MIÉRCOLES 30 DE NOVIEMBRE DE 2011. Punto y seguido

Ya pasó. Agarráos que vienen curvas, es decir, voy a soltar un tocho de padre y muy señor mío. El que lo aguante entero tiene pagada unas cañas en el Patro cualquier domingo por la mañana.

Efectivamente ha sido muy especial. No tanto por el resultado, que entra dentro de lo razonablemente esperable, sino por todo el camino recorrido hasta el último metro en el estadio de Anoeta. Meses de entreno, de descubrimientos, de evolución, de vaivenes emocionales y de muuuuuuchas dudas.

El último asalto comenzaba el sábado por la mañana, vuelo a San Sebastián compartiendo cabina con Xabier Elorriaga y Mikel Erentxun. Con éste último intercambié unas palabras sobre running (él también es maratoniano) al aterrizar; mu majete, la verdad. Tenía dorsal sacado para correrla, pero venía de un viaje muy largo y no tenía cuerpo.

Esta vez, al viajar solo, en vez de taxi opté por el bus, por cierto, mucho más pintoresco, ya que va por los pueblines en vez de la autopista. Al llegar San Sebastián ofrecía un día radiante de sol, ideal para pasear a orillas del Urumea:


No vale reírse de mis pelos caídos a lo Justin Bieber... quería haberme cortado el pelo el viernes pero me fue imposible.

El hotel era sencillo pero cómodo y muy cerca del centro:




Una vez alojado, otro agradable paseo hasta Anoeta para recoger el dorsal 280. En el estadio todo estaba preparado:

Después de dejar la bolsa del corredor en el hotel, paseíto hasta "Lo Viejo", donde estaba la pizzería donde tenía pensado comer:


Y allí, queso Provolone con tostadas, lasagna vegetal y una Paulaner Weissbier Natürtrub como Dios manda (la lasagna os la tendréis que creer, tenía tal pinta que me la zampé sin foto previa):

Después al hotel y siesta de pijama... la idea era dormir una hora, pero se me fue la mano y me lavanté ya de noche!! Paseíto para ir a cenar con Juanki (un compi superclase de la Panda del Muro) y Patri (por cierto, un encanto) a otra pizzería, esta vez spaghetti y pizza:


En el restaurante coincidimos con Riki Abad, un ejemplo de superación y record Guiness de maratones consecutivos corridos. Con el de San Sebastián lleva 423 seguidos en otros tantos días. Lo mejor de todo es que no se dedica a ello, es un popular más, con su jornada laboral que encima es a turnos rotatorios semanales. Todo lo que recauda en este reto va destinado a ANFAS. No me pude resistir a saludarle y darle ánimos para lo que le queda de reto.

Después nos acercamos a un italiano donde estaban cenando un buen grupo de foreros de elatleta.com. Juanki repartió saludos y lotería. La verdad es que no ponía cara a ninguno de los habituales y me dio palo presentarme por mi nick... Después otro paseíto al hotel:

Una vez en la habitación comenzó el ritual previo a cada maratón: colocación del chip en la zapatilla, configuración del Fore, colocación del dorsal en la camiseta y organización de toda la equipación (ropa, geles, esparadrapo, ropa de cambio, toalla, etc) en su orden exacto encima de la cama.
Una vez acabado me daba miedo desvelarme con la pedazo siesta que me casqué, pero la tripa estaba bien llenita y no tardé en dormirme.


A las 7:30 del Domingo sonaba el despertador y me levanté bastante 'sueñoso':


Con muchos menos nervios que otras veces me coloqué los vendajes necesarios (pecho y tibial anterior derecho), ajusté la banda del pulsómetro, me vestí, preparé la mochila y a la cafetería. Zumo, colacao, dos madalenas y rumbo a Anoeta.

Al llegar a la Avenida de Madrid ya se respiraba ambiente de día grande:
Visita al guardarropa y por supuesto, mi ya mítica consulta con el Doctor Roca previa a cualquier carrera. Mola disponer de servicios de Primera División para estos menesteres.
Me junté con Juanki y Pedrito para la salida. 5, 4, 3, 2, 1 ... pistoletazo!!


Durante primer kilómetro las piernas me pedían más ritmo, pero el Garmin decía que no... así que le hice caso y lo pasé en 4:29 min/Km, aún así un pelín rápido, pero aceptable. En el paso por el 5 el crono marcaba 22'30'' y las sensaciones me empezaron a dar bastante respeto. Se supone que debería sentirme pesado desde la salida, pero las sensaciones eran de ir bastante ligero. Eso me hizo temer un desfondamiento al final, pero las pulsaciones no iban nada mal, así que seguí adelante.


En el kilómetro 10 ya ví que había hecho mal dejando que el Garmin fuese tomando parciales automáticamente. Los kilómetros oficiales cada vez llegaban más tarde de lo que el GPS iba marcando. Hasta ese momento estaba convencido de ir a los 4:30 min/Km que me indiciaba el Forerunner, pero rápidamente me dí cuenta de que estaba yendo más lento. Tuve que elegir: o me daba el calentón para recuperar tiempo o seguía la referencia del Garmin, a sabiendas de que me mostraba un ritmo más rápido del real... Opté por lo segundo y seguí hacia adelante. Un calentón a estas alturas podría haberme costado mucho más tarde.


Qué gran ciudad es San Sebastián, qué hermosa es y qué afición tan buena hay. A cada giro la gente tenía una palabra de ánimo e incluso algún consejo técnico ("venga ahí, baja un poco los brazos" o "oso ondo, que bien vas!!!"). Con esa dinámica era fácil que en los sitios de mayor animación, uno se viniera arriba y le salieran parciales más rápidos.


El primer paso por La Concha mostraba un día espectacular, nada que ver con 2007, donde no vimos el sol y las zapas acabaron mojaditas. Hoy el día daba incluso para saludar a las cámaras:




La única parte más inhóspita del recorrido es la que transcurre por un polígono industrial entre los kilómetros 14 al 18 y 32 al 36. Sin embargo en esta edición la organización colocó unos cuantos bafles a todo volumen para animarnos... y vaya si nos animaron!!! A mí me tocó en la primera pasada un himno de los AD/DC, el Highway to Hell, que me hizo mantener muy bien el ritmo.


En el kilómetro 17 el Garmin me dió otro susto... cambio de página para ver el ritmo medio acumulado y aparece el romántico mensaje: "Abnormal parameter. Reset the unit". Ya me veía teniendo que apagarlo, perdiendo las referencias de tiempo, los parciales... vamos, correr a ciegas. Menos mal que uno es un poco desobediente y en vez de apagarlo le dí al enter y siguió funcionando bien... la verdad es que es una máquina con unas prestaciones estupendas, pero a mí personalmente siempre me deja la sensación de que puede fallar en cualquier momento. Con los Polar esto nunca pasa... pero valen el triple!!




Pasé la media en 1h36'12" con buenas sensaciones. Era momento de tomar decisiones: intentar el split negativo  o doblar. No lo tenía demasiado claro, así que opté por seguir como iba y postergar la decisión para más adelante. La idea de atacar las 3h10' se me empezó a pasar por la cabeza, pero mi objetivo seguía claro en la cabeza: "llegar entero al 30 y rondando las 2h15min"


En el kilómetro 23 empecé a sentirme fuerte y comencé a alternar kilómetros a 4:30 con otros más rápidos. El split negativo con 3h10' empezaba a ser posible. Si lo conseguía iba a ser por los pelos, no tenía márgen de fallo... pero veía que las pulsaciones iban subiendo paulatinamente.

En el kilómetro 30 marqué 2h16min así que llegaron dos noticias: por un lado era ya muy difícil que se me escaparan las 3h15, para eso tendría que ceder ritmo de golpe a casi 5 min/Km y aún me encontraba razonablemente entero; por otro lado el corazón empezó a superar esporádicamente mi umbral anaeróbico y ya supe que o levantaba el pie o en 5 kilómetros podía empezar a ceder muchos segundos. Sopesé y decidí que tenía muy pocas posibilidades de hacer 3h10, y que si lo intentaba, era muy fácil que en torno al 36 ó 37 tuviera que parar y poner en riesgo las 3h15. Así que decidí hacer esos 5 Km sin arriesgar y vigilando mucho las sensaciones. Una vez más, Pepe tenía razón: "del 30 al 35, de puntillas y sin hacer ruido".


El paso por el 34 me animó al son del "Viva la vida" de Coldplay. Si llegan a poner "Where the streets have no name" me voy a la meta haciendo series.


Ya encarando la vuelta al centro de San Sebastián les eché un grito a un grupo de 42195.es que estaban haciendo fotos y me lo devolvieron con creces: "Ánimo, qué bien vas, ya lo tienes, aúpa, esa camiseta guapa!!!". Otro chute de ánimo para seguir sin aflojar demasiado.

En el 35 ya empecé a ceder algún segundo por kilómetro a pesar de estar apretando para no hacerlo. Síntoma de que tocaba sufrir. Fueron los kilómetros de acordarme de los entrenos, de los findes en La Casa de Campo y de repetirme una y otra vez que no podía hacer la segunda media más lenta, que a Pepe le habría gustado que no cediera. Comenzó a costarme no pasar de los 4:3y muchos.

Del 39 al 40 se me fué el parcial bastante por encima de 4:40 sin darme cuenta y caí en la cuenta de que llevaba el paso un tanto descompuesto, así que rehice la figura y comencé a pronunciar nombres en voz alta, nombres de gente cercana que empecé a sentir conmigo y que me permitieron volver a rodar a 4:3X min/Km. Del 41 al 42 empecé a pasar gente poco a poco y ví que podía hacer menos de 3h13. A la entrada en Anoeta pegué mi último cambio. Me puse por debajo de 4:20 en los últimos 300 metros y entré emocionado bajo el arco de meta mientras sonaba la Marcha Triufal de Star Wars.



La portada del Diario Vasco lo dice todo:
Tras recobrar el aliento rápidamente me encuentro en la bocana de vestuarios con Juanki (carrerón con 2h50'), Pedrito (debut en maratón con 2h54'), David (2h51' sin hacer entrenamiento específico para este maratón) y la afición venida de Madrid en la grada, con una pancarta bastante chula: "Juanki, Pedro y David, desde Rivas a Hortaleza, más pelos en los huevos que en la cabeza".


Momentos de felicitaciones y alegría, objetivo superado, mejor marca personal y recuperación rápida.


Vuelta al guardarropa, ropa de abrigo y paseíto hacia el hotel. De nuevo me encuentro con Mikel Erentxun paseando con su mujer y sus hijas, me reconoce del día anterior y me pregunta qué tal. Intercambiamos unas palabras rápidas y felicitaciones por su parte.

Al llegar a la habitación baño veloz, que la expedición de Madrid aguarda para darnos el mítico homenaje post-maratón: tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, cola de merluza, eusko-txuletón (que por cierto, los de mi lado de la mesa, repetimos!!!), tejas e Idiazábal con membrillo:


No me dio tiempo a quedarme a los copazos, mi avión salía en breve y tocaba coger taxi hasta Hondarribia.


Otro fin de semana mágico y el listón cada vez más alto..

Inicié este camino pensando que el 27N supodría un punto y a parte. Sin embargo mi percepción es de un punto y seguido. Tengo la sensación de que el Camino a Donosti 2011 solo ha supuesto el inicio de una nueva etapa como corredor, la sensación de que ahora empieza todo realmente... De hecho hoy he empezado a rodar de nuevo, 10 Km muy fresco y sin ninguna sensación de haber corrido un maratón hace tres días.

Y por lo tanto me resisto a cerrar esta ventana de mis experiencias al mundo...  seguiré posteando, aunque probablemente con menos frecuencia.


En cualquier caso, por aquí nos vemos!!!

3 comentarios:

  1. ¡Guauuu! Vaya pedazo de crónica, ¡tremenda!
    ¡¡¡Entrar en la meta con la Marcha Triunfal de Star Wars debió de ser increíble!!!
    Leyéndote dan ganas de ponerse a correr, jajaja.
    ¡Enhorabuena!
    Y está muy bien eso del punto y seguido :)

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  2. Muy buena, Barry. Le la he leido enterita. Toda una experiencia. Me han invadido dos sentimientos al leerla: orgullo y nostalgia. Seguro que te superarás, si mantienes esa pedazo de motivación que tienes. Aupa. Un beso, crack.
    robermoller.

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  3. Gamu, aquí estaremos en el punto y seguido... o donde tú quieras ;-)

    Möller, nostalgia de esas salidas cuando era un globero tengo yo... el día que vuelvas por tus fueros será un honor volver a entrenar contigo en la disciplina que prefieras.

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