jueves, 10 de noviembre de 2011

JUEVES 10 DE NOVIEMBRE DE 2011. La Casa de Campo y los polvos mágicos

Uno de los descubrimientos más importantes del camino que estoy recorriendo hasta Donosti 2011 ha sido la Casa de Campo. Como todos en Madrid, alguna vez hemos ido al Zoo, al Parque de Atracciones, al recinto Ferial, al Lago, a algún restaurante de buen yantar o incluso nos hemos aventurado mínimamente por alguno de los senderos que se adentran en sus entrañas. Pero hasta ahora solo había ido un par de veces a correr por allí, sin percatarme realmente de lo que signifca para los corredores.

Es muy habitual encontrarse con multitud de gente practicando running, ciclismo o simplemente paseando y es fácil pasar por alto el gran valor que atesora como templo del atletismo en Madrid. La Casa de Campo ofrece rutas de lo más variado, desde las distancias más cortas hasta tiradas de más de 30 Km, con variedad de perfiles, zonas marcadas y medidas para realizar trabajos de calidad (séries, cambios de ritmo...).

No es de extrañar por ello que atletas de todos los niveles se den cita por aquellos parajes para preparar sus competiciones. Y cuando digo todos los niveles, son TODOS los niveles. Desde el principiante que prepara sus primeras pruebas de 5 ó 10 Km hasta el popular que tiene menos de 2h30min en Maratón... e incluso plusmarquistas de España y campeones de Europa, corriendo a tu par por el mismo circuito por el que vas tú (bueno, a tu par durante unos instantes, ellos van a otro ritmo...). Es como si un aficionado al fútbol pudiera jugar un partido con Casillas, Xavi o Iniesta cada semana!!! Un lujo para el resto de atletas y para la vista de cualquiera que les observe por un momento.

Uno de los sitios propicios para cruzarse con atletas de buen nivel es El Bosque, un pequeño pinar ubicado en el corazón de la Casa de Campo bien delimitado por caminos y que posee un circuito señalizado de casi 4000 m de longitud. El camino marcado es cómodo para recibir los impactos que se producen a ritmos altos y firme para no perder excesiva tracción. Pero lo mejor del Bosque es el aura que lo envuelve, la mezcla de la belleza del lugar con la penumbra producida por las densas copas de los pinos que se entretejen sobre los corredores. El Bosque consigue crear un ambiente en el que cualquier ritmo de carrera es posible, en el que todo el mundo da un poquito más de sí... sobre todo cuando tras afrontar la última curva se visualiza la meta tras una preciosa recta de casi 700m. Esa recta es mágica, te obliga a dar lo mejor de tí mismo y se lo entregas con pundonor, con valentía y con agradecimiento.

Cuando la rutina de entreno programada en El Bosque concluye sigues corriendo por los caminos y a veces te asombras de los ritmos a los que has corrido. Y otro día tratas de reproducirlos en algún otro lugar... y no es tan espontáneo ni tan natural. Y en ese momento no te queda otra que asumir que los pinos que conforman El Bosque obsequian nuestra compañía dejando caer polvos mágicos sobre los corredores que por allí entrenamos.

¿O a qué polvos os pensábais que me refería al hablar de la Casa de Campo? Haceos revisar esa mirada sucia...

4 comentarios:

  1. ¡Corredor Pancetero!
    ¿Nos conocemos?

    No conocía tu blog, he indagado pero no caigo ¡ni veo pistas!

    No serás David...

    En cualquier caso, eres alguién, como yo. de La Panda del Muro.

    ¡Un abrazo enorme compañero "Murano!

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  2. El pancetas oficial soy yo, Juanki!!! Claro que soy David ;-)

    Me diste envidia con tu blog y aquí me tienes ;-)

    Abrazos men!!

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  3. Y mi comentario !!!...se ha perdido...bueno, por si no aparece:

    Mr. Barry, si ya conoces el bosque, ya estás cerca de entender porque hacíamos MMP cada mes en nuestras Medias Maratones y 10k del 2009...

    Lo dicho, ahora tienes que conocer La Tapia !!!

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  4. Jejeje... bribón!! Entrenabas en negro por la Casa de Campo y así me pulías siempre en las carreras!!! ;-)

    La Tapia también la estoy empezando a conocer... y los toboganes, y el Camino del Cristo, Garabitas... qué te voy a contar!!!

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